No tienes que vivir en las sombras
Viviendo bajo ataque
Del Libro: Rompiendo las Cadenas
Autor: Neil Anderson y Dave Park, Edit. Unilit
Yo -Neil- recuerdo haber aconsejado a una joven cristiana que estaba pasando por una profunda confusión espiritual, mental y emocional. Poco antes de empezar a reunirme con ella, escribió la siguiente oración pero a los diez minutos trató de suicidarse con una sobredosis de pastillas:
Amado Dios:
¿Dónde estás? ¿Cómo puedes dominarlo todo y sin embargo no me ayudas? Estoy tan dolida y ni siquiera te importa. Si yo te importara, harías que esto terminara o me dejarías morir. Te amo pero pareces tan alejado de mí. No puedo oírte ni sentirte ni verte pero se supone que crea que estás aquí. Señor, yo los siento y los escucho. Ellos están aquí. Sé que tú, eres real Dios mío, pero ellos son más reales para mí en este momento. Por favor. Señor, haz que alguien me crea. ¿Por qué no pones fin a todo esto? ¡Por favor Señor, por favor! Si me amas, déjame morir.
Una oveja perdida
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Hemos conocido a cientos de jóvenes cristianos como la que escribió esa triste carta. La mayoría no intentó suicidarse, como ella, pero muchísimos comentaron sus oscuros deseos de hacerlo. Casi todos admitieron la presencia de "ellos": esas apremiantes voces o impulsos interiores que los molestaban, tentaban y se burlaban de ellos, acusándolos o amenazándolos.
Bien aceptado es el hecho de que la gente lucha con pensamientos negativos o contradictorios. A menudo advertimos a los jóvenes que tomaron tiempo para hablar con nosotros que pueden ocurrírseles ideas como "no vayas, no te pueden ayudar" o que iban a distraerse pensando otras cosas como "no quiero ir" o "ya probé eso y no sirvió". Una persona le escribió a Neil: "cada vez que trato de conversar con usted o siquiera pensar en conversar con usted, me cierro por completo. Las voces que hay dentro de mí aúllan, literalmente: '¡No!' He pensado matarme para terminar esta terrible batalla que va por dentro de mí ¡Necesito ayuda!"
Entrevistamos a 1292 cristianos, alumnos de enseñanza media, preguntando "¿han escuchado "voces" en su cabeza como si hubiera un yo subconsciente que les habla, o han tenido problemas con pensamientos realmente malos?" ¡Setenta por ciento dijo que sí! De modo que si te encuentras batallando con pensamientos tentadores o acusadores dentro de tu cabeza, no estás solo. Puede que no le hayas contado a nadie de eso por miedo a que piensen que estás loco. Quizá te has quedado callado porque tú piensas que estás loco. Quizá te hayan enseñado que los cristianos no pueden tener esta clase de problemas.
Pero llegó la hora de que despertemos al hecho de que Satanás es real y que sus demonios existen. Si oyes voces que te atormentan, en tu cabeza o si por las noches sientes una presencia sombría en tu dormitorio -a cuarenta y siete por ciento de los encuestados les pasa eso- no estás loco; estás siendo atacado. Tienes que saber cómo defenderte contra los fieros dardos de Satanás. Y de esto se trata este libro.
Muchos cristianos no se quejan de oír voces pero sus mentes están llenas con tanta confusión que su diario caminar con Cristo es completamente desalentador. Cuando tratan de orar empiezan a pensar en millones de cosas que debieran hacer. No logran concentrarse cuando se sientan a leer la Biblia o un buen libro cristiano.
Cuando han tenido la oportunidad de servir al Señor en alguna forma, se rinden debido a los descorazonadores pensamientos de duda de sí mismos: "no soy un cristiano fuerte"; "no sé bastante de la Biblia"; "soy demasiado joven"; "tengo demasiados pensamientos pecadores". En lugar de ser cristianos victoriosos, dinámicos, llenos de gozo, se arrastran por la vida cubiertos por una nube, tratando apenas de aguantar aquí hasta que Jesús venga. Parte de este descorazonamiento es a causa de nuestra errónea manera de pensar pero puede, también, reflejar el engaño de parte del enemigo.
CREENCIAS FALSAS PERO MUY COMUNES SOBRE LA ATADURA
¿De dónde vienen las voces malvadas, los malos pensamientos, los sentimientos de culpa y la confusión? Tantos jóvenes están hoy atados principalmente porque no saben las respuestas a esas preguntas. "Viven de acuerdo a una cantidad de creencias falsas sobre el mundo espiritual, las cuales deben ser corregidas. He aquí algunas de las falsedades que creen los cristianos; y Satanás, ¡contento!
1. Los demonios eran activos cuando Cristo estaba en la tierra pero ahora no andan mucho por aquí. Los jóvenes cristianos que creen esto después de leer lo que dice la Palabra de Dios y de ver lo que está pasando en el mundo, no enfrentan los hechos. El Nuevo Testamento dice claramente que los creyentes lucharán "contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12). Pablo prosigue describiendo cada pieza de la armadura espiritual que debemos vestir para defendemos contra "los dardos de fuego del maligno" (versículos 13-17). Si los poderes espirituales de las tinieblas ya no atacan más a los creyentes, ¿por qué Pablo nos advierte contra ellos e insiste en que nos armemos en su contra?
Los poderes y fuerzas sobre los que escribió Pablo, siguen rondando hoy. Puedes verlos en tu escuela ¿Cuántos chicos conoces que están metidos en las cosas de la Nueva Era, los tableros ouija, la astrología, los juegos ocultistas como Dun-geons andDragons (Calabozos y Dragones), o en los arreglos musicales con letras diabólicas?
El reino de las tinieblas está aún presente y Satanás quiere que nuestras vidas sean horribles evitando que caminemos en Cristo con la frente alta. Si tú no crees que Satanás y sus demonios están presentes y activos hoy en día, entonces toda la culpa de todo lo malo que el diablo nos echa encima a ti y al resto de la humanidad, la tiene Dios o la tienes tú.
2. No es más que enfermedad mental eso que los primeros cristianos llamaban actividad demoníaca. Si uno de tus amigos dice que oye voces interiores o que siente una presencia sombría en su dormitorio, la mayoría de los consejeros seculares dirían: "tiene un trastorno mental; es un paranoico". Muy pocos pensarían que se trata de un problema espiritual, la actividad de los demonios de Satanás ¿Por qué? Porque la explicación natural es lo mejor que esos consejeros pueden hacer sin creer en Dios ni en la existencia del diablo.
La manera en que el mundo entiende nuestros problemas es incompleta pues ignora la realidad del mundo espiritual.
No todos los problemas físicos, mentales y emocionales que sufren los Jóvenes cristianos son específicamente demoníacos. Sin embargo, ignorar la presencia e influencia de Satanás y sus demonios dejará muchos problemas sin solucionar.
3. Algunos problemas son psicológicos y otros son espirituales. Esta falsa creencia sugiere que el alma y el espíritu humano están separados, lo cual no es verdad. No hay problema que no sea psicológico porque nunca hay un momento en que nuestra mente, emociones y voluntad no estén, todas, envueltas. Tampoco hay problema que no sea espiritual porque no hay un momento en que Dios no esté presente o en que sea seguro sacarnos la armadura de Dios.
Decir que un problema es solamente psicológico es querer decir que Dios y Satanás no están envueltos. Decir que un problema es solamente espiritual es no querer tomar en cuenta nuestra responsabilidad por la forma en que debemos pensar, sentir y elegir. Por lo tanto, debemos tomar en cuenta las influencias psicológicas y espirituales que obran para poder tratar nuestros conflictos internos.
4. Los cristianos no pueden ser atacados por fuerzas demoníacas. Esta es una mentira que el diablo quisiera que nos tragáramos para que bajáramos las defensas en su contra. Si Satanás no puede, en verdad, tocamos, ¿por qué se nos instruye a vestimos con la armadura de Dios, resistir al diablo, afirmamos y estar alertas? Si no podemos ser engañados por Satanás ¿por qué Pablo habla de nuestra relación con los poderes de las tinieblas como si fuera una lucha libre? Se engañan aquellos que dicen que el enemigo no puede influimos.
5. La influencia demoníaca es evidente solamente cuando hay conductas violentas, exageradas o pecados graves. Hoy sigue habiendo casos de actividad demoníaca como la de aquel terrible endemoniado llamado "Legión" de que habla Lucas 8:26-39 pero la gran mayoría de los jóvenes cristianos que sufren ataques espirituales llevan vidas bastante normales mientras que experimentan graves problemas interiores para los cuales no se encuentra causa ni solución. Puesto que piensan que el ataque satánico solamente afecta a los asesinos o a los que cometen crímenes sexuales violentos, estas personas comunes y corrientes se preguntan qué está mal en ellos y por qué no pueden "andar mejor".
La primera y mejor estrategia de Satanás es el engaño. Pablo advirtió”: porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; Cuyo fin será conforme a sus obras" (2 Corintios 11:14-15). El principal problema no está en las pocas personas raras o violentas sino que, antes bien, el sutil engaño e invasión de parte de Satanás en las vidas de los creyentes "normales" es lo que nos impide ser efectivos.
6. La liberación de la atadura espiritual es el resultado de una confrontación de poderes con las fuerzas demoníacas. La liberación de los conflictos y ataduras espirituales no es un encuentro de poderes sino un encuentro con la verdad. Satanás es un mentiroso y trabajará encubierto a como de lugar pero la verdad de la Palabra de Dios lo pone al descubierto a él mismo y a sus mentiras. Sus demonios son como cucarachas que corren a esconderse en la sombra cuando se prende la luz. El poder de Satanás reside en la mentira y cuando su mentira es expuesta por la verdad, se desmoronan sus planes. El poder de Satanás fue roto en la cruz. Él es un enemigo derrotado.
Entonces, ¿cómo puede ser tan efectivo? Permíteme que te lo ilustre con una anécdota de mi niñez.
Cuando yo -Neil- era chico, vivía en el campo; mi papá nos llevaba a mi hermano y a mí a la granja del vecino. El vecino tenía un perro pequeñito que ladraba mucho y me asustaba aún más. Yo salía corriendo cuando el perrito aparecía ladrando, mientras que papá y mi hermano se quedaban firmes en su lugar, ¡adivinen a quién perseguía el perrito! Yo me subía al techo de la camioneta mientras el animal me ladraba desde el suelo.
Todos podían ver, menos yo, que el perrito no tenía poder sobre mí salvo el que yo le daba al no pararme firme frente a él. Ni siquiera tenía poder para hacerme subir al techo de la camioneta sino que yo me subía ahí debido a lo que yo creía. Ese perro me dominaba usando mi mente, mis emociones, mi voluntad y mis músculos, todos los cuales estaban motivados por el miedo. Llegó el momento, por fin, en que me llené de valor, salté del techo de la camioneta y le tiré una piedra al perrillo. ¡He aquí, salió corriendo!
Satanás es como ese perrito ladrador: engaña a la gente para que le teman más que a Dios. Su poder radica en la mentira. Él es el padre de las mentiras (Juan 8:44) que engaña a todo el mundo (Apocalipsis 12:9) y, en consecuencia, todo el mundo está bajo la influencia del maligno (1 Juan 5:19).
El diablo nada puede hacer respecto de quién eres en Cristo pero si logra engañarte para que creas sus mentiras sobre ti y Dios, ¡te pasaras mucho tiempo arriba del techo de la camioneta! No tienes que gritar más alto ni ser más fuerte que el diablo para liberarte de su control. Basta con decirle la verdad. Cree, proclama y compórtate según la verdad de la Palabra de Dios; así arruinarás la estrategia de Satanás.
Esta idea ejerció un efecto espectacular en nuestra consejería. Sucedía que al dejar al descubierto un conflicto espiritual de alguna persona que estaba siendo aconsejada, esto se volvía en un encuentro de poderes. Las personas perdían la conciencia, salían corriendo fuera de la sala o empezaban a conducirse como si hubieran enloquecido. El primer enfoque común era lograr que el demonio se expusiera a sí mismo para, luego, mandarle que se fuera. Este proceso era muy difícil para la persona y, pese a que se progresaba, el proceso tenía que repetirse.
Hemos aprendido de la Biblia, y de nuestra propia experiencia, que la verdad, no el poder, es lo que libera a las personas. El poder de Satanás radica en la mentira; el poder del creyente radica en conocer la verdad. Tenemos que ir en pos de la verdad, no del poder.
Además, las personas esclavizadas no son liberadas por lo que haga el consejero sino por lo que ellas hacen. La garra de Satanás que apresa tu vida no es quebrada por lo que crea Neil o Dave o tu pastor o líder de jóvenes, sino por lo que tú crees. Y lo que tú crees debe ser la verdad. Fíjate en los siguientes versículos:
"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Juan 8:32
[Jesús dijo] "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida". Juan 14:6
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad". Juan 16:13
"No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal... Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad". Juan 17:15,17
"Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad". Efesios 6:14
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero... en esto pensad". Filipenses 4:8
Cuando Dios disciplinó por primera vez a la iglesia de los primeros días (Hechos 5) lo hizo en forma espectacular y dramática. Dos personas cayeron muertas cuando quedó al descubierto su pecado ¿De qué se trataba: drogas, sexo? No, la cuestión era la verdad. Pedro confrontó a Ananías y Safira: "¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?" (Versículo 3). Dios quería que la iglesia supiera que Satanás el engañador puede arruinamos si logra que le creamos y vivamos la mentira. Por eso es tan importante que lleves "cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:5).
LIBERTANDO A LOS CAUTIVOS
Antes que Jesús muriera en la cruz y resucitara de los muertos. Dios le dio poder a El y a Sus discípulos escogidos para asumir la autoridad sobre los poderes demoníacos del mundo. Pero algo radical pasó en la cruz y en la resurrección que cambió permanentemente la forma en que nos enfrentamos a las fuerzas espirituales.
Primero, la muerte y resurrección de Jesús derrotó y desarmó a los gobernantes y autoridades del reino de las tinieblas (Colosenses 2:15). Antes de la cruz "toda potestad... en cielo y tierra" no había sido dada aún a Cristo. Pero Mateo 28:18 nos asegura que el Cristo resurrecto tiene ahora toda la potestad. Satanás es derrotado debido a la cruz y no tiene autoridad sobre quienes están en Cristo. Creer la verdad de la victoria de Cristo y la derrota de Satanás es el primer paso para terminar exitosamente los intentos del enemigo para descorazonarte y molestarte.
Segundo, todo creyente es vivificado con Cristo en Su muerte y resurrección y ahora esta sentado con Él (Efesios 2:5,6). Ya no necesitas a otras persona, como un pastor o un líder de jóvenes, para que asuma la autoridad sobre Satanás por cuenta tuya. Ahora tú resides en Jesucristo que tiene toda la potestad. Tienes que entender y ejercer tu posición y autoridad en Cristo para resistir al diablo.
La libertad es tu herencia como cristiano; por eso Pablo escribió:
"Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, — según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero". Efesios 1:18-21
Cuando Satanás te moleste puedes querer meterte debajo de una roca de puro miedo, como esa niña cuya carta de oración abrió este capítulo. Puedes clamar a Dios para que te libre, como Jesús libraba a los endemoniados en forma milagrosa e instantánea, según cuentan los Evangelios pero tu liberación ya ha sido realizada por la obra de Cristo en la cruz y Su resurrección. Esta es la buena noticia que Pablo trataba de contarnos en su oración. No tienes que volver a vivir en las tinieblas porque estás con Cristo en la luz.
No obstante, tú tienes la responsabilidad de elegir la verdad y resistir al diablo; desde tu posición en Cristo debes resistir al diablo, renunciar, —esto quiere decir que le des la espalda— a todas las maneras y formas en que hayas participado en sus maquinaciones, que confieses tu pecado y que perdones a quienes te hayan ofendido. Estos pasos críticos para alcanzar la libertad son el enfoque de la Tercera Parte de este libro.
La niña que se firmó "Una oveja perdida" en el comienzo de este capítulo, pudo, por fin, ver su estado desde el punto de vista de Dios y, a los 4 años de haber escrito esa desesperada oración, escribió esta respuesta basada en la nueva forma en que entendió la provisión hecha por Dios en Cristo. Sus palabras están basadas en la Biblia. Deja que alumbren con algo de luz las tinieblas de tu vida.
Mi amada oveja perdida:
Me preguntas dónde estoy. Hija mía, estoy contigo y siempre estaré. Tú eres débil pero en Mí eres fuerte. Te amo tanto que no puedo dejar que mueras. Yo estoy tan cerca que siento todo lo que tú sientes. Sé lo que estás pasando pues Yo estoy pasándolo contigo pero Yo te he liberado y tú debes estar firme. No tienes que morir físicamente para que se vayan Mis enemigos sino que crucifícate conmigo y Yo viviré en ti y tú en Mí. Yo te dirigiré por sendas de rectitud. Hija mía, te amo y nunca te abandonaré pues eres verdaderamente mía.
Con amor. Dios.
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ENCUENTRO CON LA VERDAD
Lee: Juan 8:32; Juan 14:6; Juan 16:13
Reflexiona;
1. ¿Te pudiste identificar con los cristianos que aparecen en este capítulo que se sentían espiritualmente oprimidos? ¿Qué experiencias has tenido?
2. ¿Has sido expuesto a cualquiera de los malentendidos mencionados en este capítulo? ¿Aceptaste alguno de ellos como verdad? ¿Cómo afectan tu vida esos malentendidos?
3. ¿Te parece que has entendido plenamente cómo usar tu autoridad en Cristo y resistir al diablo? ¿Cuáles son algunas formas en que puedes aprender más sobre tu autoridad en Cristo?
4. ¿Has sentido alguna vez que tu camino personal con Cristo es incompleto o que no estás creciendo; de qué manera?
Responde:
Tómate unos minutos para orar y pedir al Señor que te revele cualquier malentendido que puedas tener respecto de las ataduras o del mundo espiritual que nos rodea. Pide al Señor que reemplace con Su verdad todo engaño que puedas tener. Pide al Señor que te ayude a aumentar tu comprensión de quién eres en Cristo.
¿Puede un cristiano… tatuarse?